Nomeolvides, una flor fácil de encontrar en la zona pirenaica y que abunda en la Vall D'Ordino, entre los pastizales, o en las artigas (terrenos que se ganaban al bosque en las laderas montañosas), especialmente en zonas calizas.
No es una flor voluptuosa, no es una reina entre las flores, es como una muchacha que cautiva con esa naturaleza suya, de belleza íntima, de belleza sencilla.
Es una flor preciosa en su humildad, crece pequeña entre flores majestuosas... pero es difícil de olvidar ese color azul intenso que parece caído del propio cielo entre el verde de los prados.
Silently, one by one, in the infinite meadows of Heaven,
Blossom the lovely stars, the forget-me-nots of the angels.
(Silenciosamente, una a una, en los prados infnitos del Cielo,
Florecen adorables las estrellas, las nomeolvides de los angeles)
Henry Wadsworth Lonfellow, Evangeline.
Es una flor que se convirtió en símbolo del amor que perdura, de ella se cuenta que un joven caballero, en un paseo con su amada, vio estas flores el borde de un rio. Al agacharse a coger un ramillete para ofrecérselo, perdió el buen píe y cayó en las turbulentas aguas que le arrastraron y mientras impedido por el peso de su armadura su fin se acercaba grito “No me olvides!”
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